sábado, 16 de enero de 2016

Dejémonos de cosas

Image by © Rainer Berg/Westend61/Corbis

No nos engañemos. En la vida, la mayoría de cosas, son o no son. Muchas veces nos empeñamos en querer ver algo que no es, solo por no querer aceptar la realidad. Quizá deberíamos ser más como los niños y tener la capacidad de seguir nuestros instintos y deseos. No sé en qué momento perdemos ese “don” de ser 100 % fieles a nosotros mismos y dejarnos de cosas. Se lee un poco enredado pero les explicaré a qué me refiero.
Muchas veces nos quejamos de lo que nos sucede sin tomar en cuenta que la solución a todas nuestras inconformidades, o la mayoría de ellas, está en nuestras manos. Por ejemplo, queremos tener el trabajo de nuestros sueños pero hacemos muy poco por conseguirlo. Claro que como adultos responsables no podemos entrar a la oficina del jefe, presentarle la renuncia y salir con una sonrisa en el rostro. No. Pero no quiere decir que tengamos que vivir añorando estar en otro lugar. Siempre, SIEMPRE, existe algo que podamos hacer para lograr nuestros sueños.
Otro ejemplo son los eternos enamorados pero con terror al compromiso. Creo que hay que superar los años de adolescencia en los que “sufrir por amor” era algo emocionante. En la vida real compartir nuestra vida con alguien debe ser tomado con respeto. Al final del día, esos minutos no regresarán nunca así que ser más exigentes con quienes los compartimos es algo a tomar en cuenta.
Creer que es muy tarde para cambiar de rumbo es otra de las cosas que talvez por miedo no nos atrevemos a hacer. No hay nada escrito en piedra y no ser capaces de encontrar la forma de ajustar las velas para cambiar de dirección solo refleja nuestro conformismo. Otra vez, no me refiero a que dejemos todo tirado, solo a que escuchar los anhelos de nuestro corazón nos ayudará a recordar lo que nos hace felices y a buscar la forma de conseguirlo.
Siento que nunca es tarde para reajustar nuestro camino. Atrevámonos a tomar riesgos inteligentes en los que logremos el balance entre perseguir nuestros sueños y sobrevivir en el mundo adulto. Atrevámonos a dejarnos de cosas.


miércoles, 6 de enero de 2016

El poder del “coco wash”

Imagen/Corbis
Nuestro diálogo interno es más poderoso de lo que creemos. Es irónico a veces porque no nos damos cuenta que muchas de las cosas que nos pasan, o no nos pasan, es debido a la conversación que tenemos con nosotros mismos. Somos capaces de alentarnos o de destruirnos con un pensamiento que se hace tan constante que se convierte en una verdad sin a veces serlo.
Ser honestos con nosotros mismos es en ocasiones algo más difícil de lo que quisiéramos aceptar. Quizá tenga que ver con el miedo al fracaso o que no nos sentimos capaces de alcanzar nuestros más grandes sueños. Pienso que la clave está en dejar de pensar tanto y empezar a actuar. Probablemente los primeros intentos traigan consigo algunos desaciertos pero en la vida hay cosas que se consiguen a pura prueba y error.
Esta frase la escuché hace tiempo: “haz como sí y se hará como haz dicho”.  Hay veces que tenemos que pretender que somos buenos en algo, el famoso “coco wash”, y poco a poco nos vamos creyendo que así es. Sin darnos cuenta llega el momento en que se vuelve una realidad y es cuando vemos el resultado de la importancia de cuidar el diálogo interno.
Suena como a libro de superación pero hay veces que tenemos que arriesgarnos. Dar el todo por el todo y confiar en que podemos ser siempre más de lo que ya somos. Podemos mejorar más de lo que creemos y llegar lejos. Es un poco de esa fe ciega que deberíamos tener en nuestras capacidades y en el poder de adaptación.
Y bueno lo peor que puede pasar es que al final no funcione y tengamos que redirigir nuestros esfuerzos hacia algo más. Pero siempre quedará la tranquilidad de saber que por lo menos lo intentamos.
La vida nos lleva muchas veces hacia caminos que parecen inciertos a veces. Y, por muy loco que parezca, los planes destruidos o los proyectos fallidos pueden guiarnos hacia algo mucho mejor. Y si no, pues siempre se puede volver a cambiar el rumbo e ir a lugares inhóspitos. Es cuestión de atreverse.



Texto publicado previamente en: https://elindependiente.gt/el-poder-del-coco-wash/

El Primer Adiós de Mamá


Has crecido más rápido de lo que quisiera y poco a poco vas volviéndote más independiente frente a mis ojos. Secretamente siempre sentí un poco de miedo y ansiedad al pensar en el momento de regresar a trabajar y dejarte a cargo de alguien más. Sé que te cuidarán con mucho amor pero nadie podrá hacerlo como yo. Una de nuestras primeras batallas que lucharemos juntos.
No sé como pasó tan rápido el tiempo y en un abrir y cerrar de ojos ese momento llegó. Una semana antes empecé a preparar todo para estar segura de que no te faltaría nada durante mi ausencia.
Confieso que me costó dormir un poco y me levanté más temprano de lo usual. Te dejé dormido y me aseguré de darte el más cariñoso beso. Ese momento en que físicamente nos separamos supe que nuestro lazo invisible siempre será más fuerte. Sí, me haces más fuerte. Alguien tan pequeñito me enseña que, a veces, tenemos que ser valientes y enfrentarnos a la vida. Cada día tiene su propio afán y me has enseñado a atesorar cada momento junto a ti y también a disfrutar de mi tiempo a solas. Ese tiempo en el que me pongo el “traje de profesional” aunque mi papel de mami siempre va a resaltar.
Siempre existe ese momento del día en que añoro estar a tu lado y en el que la nostalgia me invade. Pero es en ese preciso momento en que recuerdo que esto te dará la oportunidad de un mejor futuro y entiendo de que, al final, todo va a valer la pena.
¿Cómo fue tu primer adiós?
Un abrazo en la distancia

Texto previamente publicado en: http://cosasdewiros.com/el-primer-adios-de-mama/