miércoles, 8 de marzo de 2017

Que sea una forma de unirnos




Estas celebraciones llegan a ser momentos de catarsis para muchas personas. Esos espacios en donde se está en “derecho” de defender su punto a capa y espada. Y está bien, hasta cierto punto. Si nos basamos en la historia, el Día de la Mujer es más que se nos reconozca nuestro importante papel en la sociedad. Va más allá del “nosotros traemos la vida al mundo” y “solas podemos hacerlo todo”. Claro que esto es verdad. Pero se nos olvida recordar que es más profundo que eso. Se nos olvida que el derecho a ser escuchadas no se obtiene callando a otras personas. Que es equidad, no igualdad lo que pedimos. Porque entre las mujeres y los hombres existen diferencias obvias, desde lo anatómico, que nos hacen eso: diferentes.

Se nos olvida que en el proceso de sentirnos invencibles estamos dejando de lado aquellos hombres que saben el verdadero valor de una mujer. Y no solo por ser mujer, es por ser persona. Se nos olvida que necesitamos de las personas para crear cambios, hacer proyectos, motivar a hacer cosas grandes y que el éxito o el fracaso no es cuestión de género.

Claro que es lindo tener un día dedicado a nosotras. Unos dirán que es mercantilismo, otros que es el día en el que no sienten miedo a alzar la voz. La verdad es que, por muy cursi que suene, el día de la mujer debería ser todos los días. Así como el del hombre, niño, bebé, gato, perro, ¡qué se yo! Todos los días deberían ser días de ser capaces de encontrar el valor en la gente, de poder reconocer sus esfuerzos y la pasión con la que se hacen las cosas.

Las mujeres somos fuertes, decididas, apasionadas, a veces obstinadas, desordenadas, congruentes, indecisas, cariñosas, fieles… mujeres.

Que días como estos sean una forma de unirnos más allá de discursos egoístas y repetición de frases sin sentido. Que nuestra fortaleza se demuestre en acciones y no en gritos.

Un abrazo en la distancia,


martes, 28 de febrero de 2017

Pensar cosas bonitas te hace más bonita




¡Buenos días!


Feliz final de febrero y, técnicamente, bienvenido marzo. Sí, voy a sonar como mi abuelita pero este año se está pasando volando. Y da emoción porque todos nuestros proyectos poco a poco se van materializando pero a veces siento que no me da tiempo de hacer todo lo que quiero. ¿Les ha pasado?

En todo este mi caminar de 2017, me he propuesto ver la vida desde un ángulo diferente. Yo siempre he sido del tipo de persona que busca lo positivo en todo lo que le pasa. Ese tipo de persona a la que muchas veces la tachan de "muy feliz", si es que puede existir cosa tal. Y en este proceso he podido experimentar lo bonito que se siente el ser así. Le pese a quien le pese. Al final, todo se ve más bonito pensando cosas bonitas. Claro, no lo tomen a mal, hay situaciones muy complicadas a veces, pero de todo lo que nos pasa podemos aprender y encontrar la semillita de algún aprendizaje. En algunas ocasiones esto es un poco más difícil pero la clave está en retarnos a nosotros mismos. Los humanos estamos acostumbrados a los hábitos y si nos es más cómodo quejarnos de "por qué todo nos pasa a nosotros" o "el mundo la tiene contra mí", por supuesto que no vamos a cambiar nada. Es una práctica que requiere stamina pero vale la pena el esfuerzo cuando los frutos son lo que nos hace feliz.

Así que salgamos de nuestra zona de confort y démosle a nuestra vida un montón de pensamientos positivos y bonitos para que eso se refleje en nuestra realidad.

Un abrazo en la distancia,