miércoles, 28 de octubre de 2015

Postres de Halloween para Dummies


Independiente de si estás de acuerdo en celebrar o no Halloween, tener a mano postres fáciles nunca está de más. Te dejo cinco opciones que se preparan más rápido que decir ¡Booo!
Lo primero que tienes que hacer es decorar las copitas. Tendrás que utilizar marcador permanente para que no se te despinte lo que dibujaste. Puedes utilizar los ojitos que se usan para las manualidades y pegarlos con silicón frío. Si no los tienes a mano, solo dibújalos. Te quedará algo como esto:
Momia:
Solo tienes que cortar pedazos de gasa. Entre más irregulares sean mejor. Coloca los dos ojitos con silicón frío. El toque final será rellenar con gelatina de piña.
Calabaza:
Para esta solo tienes que dibujar la boca y los ojos. Rellena con gelatina de naranja y listo.
Frankestein:
Coloca los ojitos y dibuja la boca con marcador permanente. Recuerda dibujarle la cicatriz en la frente. Rellena con gelatina de limón.
Los famosos gatos negros
Estos animalillos son muy populares y lo serán más porque son básicamente puro chocolate. Esto es lo que necesitarás:
Coloca dos botonetas verdes sobre la galleta. Recuerda dibujar la pupila con marcador de tinta comestible color negro. Corta dos triangulitos de galleta para las orejas y busca un “Pedrito” color anaranjado para la nariz.
Los cuidadores de la noche
Con estos búhos no hay pierde. Lo mejor es que no tienes que hornear nada si no quieres 😉
Abre dos galletas y colócalas sobre el pingüinito. Pon una botoneta café en cada ojo como la pupila. Para la nariz, usa una botoneta anaranjada. Recuerda que la tienes que poner de forma vertical. Por último, corta dos triangulitos de galleta para representar las orejas.
Y si todos estos esfuerzos no funcionan, siempre puedes ir a nuestra página https://www.facebook.com/dreamcakesgt y lo haremos por ti 😉

Publicado previamente en: https://elindependiente.gt/postres-de-halloween-para-dummies/

miércoles, 21 de octubre de 2015

Cuando el alma quiere escribir


Image by © Radius Images/Corbis
No se trata solo de escribir por escribir. Va más allá de sentarse y empezar a elaborar oraciones con buena gramática y sentido entre sí. Es desnudar el alma. Es ser capaz de volverse vulnerable frente al mundo y aceptar lo bueno y lo malo que venga de regreso. La crítica es lo más crítico del asunto…quizá. Y es que, siendo sinceros, a nadie le gusta ser criticado. Muchas veces la crítica viene sólo de personas que no se atreven a alejarse su zona de confort y pretenden que todos seamos igual.
La bendita “zona de confort”. ¿Qué será lo que nos amarra tanto a ella? El miedo a lo desconocido o la comodidad de lo conocido. Alejarnos de ella supone poner todo de nuestra parte para lograr un cambio real y no, como en muchas ocasiones, regresar a los viejos patrones. Eso que hace que nos preguntemos por qué las cosas no van como las planeamos y que nos hacen estar en un círculo vicioso constante.
Creo firmemente que no se trata de cambiarnos a nosotros mismos. Si mejor pensáramos en mejorarnos a nosotros mismos, todo cambio tendría más sentido. En realidad no hay nada tan malo con nosotros como para querer que ser alguien más. Sí, en apariencias podemos creer que la vida que alguien más tiene es perfecta en comparación a la nuestra. Pero en esencia, todos creemos en algún momento que no todo va del todo bien en nuestra vida.
La vida se trata de eliminar la constante comparación y lograr ser felices con lo que la vida nos da. Obvio no se trata de que nos acomodemos y seamos conformistas. Se trata de ser menos duros con nosotros mismos y trabajar en lo que según nosotros son nuestras deficiencias y partir desde ahí.
Y sí, escribir es algo que viene desde el alma. Y hoy el alma tenía ganas de salir.

jueves, 15 de octubre de 2015

De vez en cuando es bueno parar el mundo y hacer una revisión de nuestra imagen. Con el poco tiempo que tenemos para todo, es usual que dejemos para después lo "menos urgente". Sin embargo, tomar tiempo para nosotras mismas es algo que debemos privilegiar para motivarnos y levantarnos más contentas cada día.

Al leer esto probablemente te pase por la mente, al igual que a mí, que todo ese trabajo requiere de inversión extra mensual y en ocasiones no podemos destinar tanto dinero como quisiéramos para estos gustitos.

Es aquí en donde nos tenemos que portar creativas y lograr hacerlo sin tener que sufrir para llegar a fin de mes. Estas son algunas ideas que se me ocurrieron. Seguro ustedes tienen más que pudieran compartir para ayudarnos entre todas :)

Faciales naturales
La ventaja de que últimamente TODO lo natural está de moda, es que no tenemos que gastar mucho dinero en mascarillas que nos ayuden a mejorar nuestro rostro. Aparte nos sirve de excusa para tener, por lo menos, quince minutos para nosotras mismas.

La famosa receta de la abuelita, en la que mezclas miel y avena es buenísima para darle suavidad y vitalidad la piel de tu rostro. Solo asegúrate de usar una bandita para alejar tu pelo de la cara o terminarás pareciendo un panqueque en domingo.



Un baño relajante

Quién no quisiera tomarse una hora diaria para relajarse en la tina, luego de un largo día. Como no siempre tenemos tanto tiempo para esto, te propongo que organices tu horario para poder hacerlo una vez a la semana. A mi me ha funcionado hacerlo súper noche cuando ya no me queda nada pendiente por hacer. Así puedo tomarme todo el tiempo que quiera y duermo como bebé.



Escoge tu ropa la noche anterior

La mañana puede ser un corre corre constante y no hay nada más desesperante que salir de mal humor porque no encontraste el outfit perfecto para ponerte. Tomarte cinco minutos para decidir qué ponerte te ayudará a tener un estrés menos en la mañana. Además, te asegurarás de que te sientes cómoda y linda con lo que llevas puesto.

Estas son algunas ideas que te pueden ayudar. 

¿Qué otras ideas se te ocurre?

Un abrazo en la distancia,


miércoles, 14 de octubre de 2015

Se nos fue la capacidad de asombro


Image by © Corbis
Parece que de un tiempo a acá hemos dejado de sorprendernos por las cosas de la vida. Y no hablo solo de lo obvio como el olor de las flores o lo maravilloso de los atardeceres. Me refiero a todo lo que está a nuestro alrededor. En realidad, es la combinación de varios factores los que hacen que nuestra capacidad de asombro se fugue por la ventana.
La tecnología, por ejemplo, nos ha acercado a tantas cosas que nos aleja de poder apreciar los pequeños milagros de la vida. Tenemos tan a la mano fotografías, videos, lecturas, conversaciones que con solo un click se despliegan ante nuestros ojos. Y creo que lo que sucede es que todo es tan inmediato que solo vemos el resultado final y no nos detenemos a pensar en el proceso que se llevó a cabo para lograrlo.
Hemos perdido la sensibilidad ante las injusticias y somos más resistentes a sentir empatía por los sufrimientos ajenos. Y esto va desde la muerte de miles de sirios, que es una noticia tan frecuente que la cantidad de fallecidos se toma como un número más, hasta los pobres perros y gatos abandonados y en busca de hogar. Es algo tan constante en nuestro día a día que incluso lo llegamos a tomar como normal y en la mayoría de ocasiones no causa más que un “pobrecitos” de nuestra parte.
Nos ayudaría de vez en cuando ver la vida con los ojos de un niño. Claro, esto suena a libro de autoayuda pero en esencia es un poco de lo que le falta al mundo para vivir con más armonía. Pensemos por un minuto qué es lo que a un niño le sorprende tanto de todo. Dejando a un lado que todo es nuevo para él, un niño se enfoca específicamente en una cosa a la vez. El sonido de la lluvia y verla caer son un espectáculo en el que la mayoría de sus sentidos están involucrados y se asombran de ellos. Los niños están ajenos a todo a su alrededor en el momento en que algo les llama la atención. Claro que tienen la ventaja de que la tecnología no se ha apoderado de su tiempo y no sienten ansiedad por no ver el nuevo mensaje de Whatsapp que les llegó o de ver las notificaciones de Facebook. Y es un poco contradictorio porque nosotros los adultos tenemos la opción de ser o no esclavos de la tecnología, el trabajo, el tráfico y darle a todo su justo valor.
Darnos la oportunidad de sorprendernos a nosotros mismos y ver más allá de todo lo que tenemos y lo que nos rodea puede hacernos sentir personas más felices por lo que tenemos. Nos va ayudar a no dar las cosas por sentado y a agradecer y apreciar los pequeños milagros de la vida que ocurren a cada segundo y no los vemos por estar enfocados en otras cosas.
No sé… se los dejo para que mediten

jueves, 8 de octubre de 2015

¡Volvimos para quedarnos!

Los nuevos retos pueden asustarnos algunas veces. ¿Qué sueño has dejado de perseguir?

Avanzando a paso firme

Hace tiempo ya de que abrí el blog y, aunque no he sido tan constante, es un proyecto que me emociona muchísimo. Esto me llevó a pensar en el por qué solemos aplazar las cosas que nos emocionan solo porque requieren sacrificio y constancia de nuestra parte.

Hacer los que nos emociona debe ser la premisa que guíe nuestras actividades y metas. Ha de ser que pensamos en todo lo que "podría ir mal". Es como un método de autosabotaje que no nos deja ver más allá y luchar por lo que queremos.

Muchas cosas han cambiado en mi vida desde el inicio de esta aventura y estoy segura que retomarlo en esta etapa es el momento ideal para alcanzar lo que he soñado por tanto tiempo.

Espero me puedan acompañar en este viaje.

Y tu, ¿qué sueño no te has atrevido a alcanzar?

Abracitos en la distancia

miércoles, 7 de octubre de 2015

Agradecer… ¿Y Por Qué?

Image by © Christina Falkenberg/Westend61/Corbis
Suena un poco trillado el motivarlos a ser agradecidos cuando el país está sufriendo una triste tragedia. Y es que es en estos momentos cuando vemos a nuestro alrededor y podemos apreciar todo lo que tenemos desde otra perspectiva.
Quizá el corre corre de la vida nos ciega muchas veces sobre las cosas importantes. La cotidianeidad hace que pasemos por alto los pequeños milagros de la vida, como despertar, abrazar a nuestra familia, percibir el olor a tierra mojada, tomar una buena taza de café o poder acurrucarnos con nuestra pareja para disfrutar de un buen vino. Requiere de nuestra atención el parar un momento el mundo para dejar tanta queja y verle lo positivo a las cosas.
Quejas, a veces parece que disfrutamos tanto de las quejas. Y siendo totalmente honesta, hay algo especial en quejarse. Es una deliciosa catarsis que se produce en nuestro cuerpo al momento de alegar y detallar todas las cosas que nos están saliendo mal. En ocasiones hasta somos detectives especialistas y le echamos la culpa a todo el mundo y, casualmente, somos los últimos en la lista. Claro que ser responsables sobre lo que nos está saliendo mal no es algo que le agrade a nadie.
Y creo que es ese el problema. No es lo que está saliendo mal, es cómo reaccionamos ante estas situaciones.  “El tráfico está imposible”, claro esperamos ser siempre los únicos en la calle y que mágicamente lleguemos a nuestros trabajos a tiempo siempre, aunque salgamos diez minutos antes de nuestra hora de entrada. “Ya no soporto a mi jefe”, obvio tener a alguien diciéndonos constantemente cómo hacer nuestro trabajo es algo insoportable, cosa que no tendría que hacer si cumpliéramos con los tiempos de entrega. “No hay forma en que baje de peso”: sí, comer es uno de los placeres más deliciosos del mundo, pero tener control sobre lo que como va a definir el estado de mi cuerpo.
No me lo tomen a mal, no es querer tapar el sol con un dedo. Es poder ver la vida desde otra perspectiva. Es ser capaces de asumir las consecuencias de nuestros actos. Es dar gracias por lo que tenemos y también por lo que no tenemos. Es no cansarnos de ver las cosas lindas de la vida. No es ser ajenos al dolor del prójimo, es encontrar la forma en la que puedo ayudar al prójimo.
Suena algo muy utópico, pero en este caso apuesto por la utopía. La decisión es tan personal que podemos estar teniendo la vida que siempre quisimos y queremos enfocarnos en la única cosa que no está saliendo como nuestros planes y dejar a un lado el millón que sí lo están, perdemos la oportunidad de ser felices y de disfrutar el ahora.
Vale la pena intentarlo. Es un hábito que va a requerir de ser constantes y pacientes con nosotros mismos. Cambiar el “cassette” no es algo fácil. En nosotros está el poder disfrutar del camino de la vida. Claro, si no seguimos empeñados en ver el popó de pájaro en el windshield en lugar del hermoso paisaje.

Texto publicado anteriormente en: https://elindependiente.gt/agradecer-y-por-que/